Fuente
: lainformacion
La
empresa de la SEPI y el Ministerio de Fomento quieren asegurar una
financiación de 180 millones anuales por el Servicio Postal
Universal (SPU).
El
futuro de Correos pasa
por Bruselas. La
compañía que preside Juan Manuel Serrano no
está dispuesta a cruzarse de brazos ante la competencia de las
grandes multinacionales extranjeras que han irrumpido en el mercado
postal español. La estrategia pasa por un crecimiento inorgánico o,
lo que es igual, una ofensiva
en los mercados internacionales.
Pero antes de eso Correos quiere sacudirse el 'sambenito' de esas mal
denominadas subvenciones que tantas críticas generan en el sector y
rubricar una
'pax regulatoria' con la Comisión Europea que
garantice la retribución del servicio universal encomendado por el
Estado.
Correos
está obligado a prestar el servicio postal en todo el territorio
nacional y a un precio asequible para todos los usuarios, evitando
además discriminaciones entre los ciudadanos de unas y otras
comunidades autónomas.
El
coste del conocido como Servicio Postal Universal (SPU) ha sido
fijado en 180 millones de euros de acuerdo con la
metodología que el Ministerio de Fomento y la propia compañía
controlada por la SEPI negocian en Bruselas. A partir de esta
financiación estatal, que equivaldría al típico contrato programa
existente en otras empresas públicas, Correos
despejaría las pérdidas de su cuenta de resultados y
podría abordar proyectos de mayor envergadura para diversificar su
negocio en los mercados internacionales.
La
nueva dotación del SPU es fundamental para erradicar la cobertura
forzada y a posteriori de los 'números rojos' que padece la empresa
con carácter estructural. Dichas aportaciones financieras han
provocado serios disgustos en las relaciones con Bruselas desde el
momento en que la Comisión Europea entiende que Correos está
recibiendo ayudas ilegales por parte del Estado. Las autoridades
comunitarias reclamaron a España la devolución por esta concepto de
167 millones de euros que finalmente se han reducido a 135
millones de euros, con los que la empresa ha zanjado este
año un contencioso que tenía su origen en 2004. La consecuencia
directa se traducirá en unas pérdidas
al cierre de 2018 de 150 millones para la compañía.
La
estrategia tutelada desde el Ministerio de Fomento establece en 2019
el punto de inflexión de Correos, una vez cerrado el acuerdo
laboral con
los sindicatos mayoritarios de la empresas. La paz social firmada en
diciembre con CCOO, UGT y CSIF supondrá
la estabilización
de 11.200 puestos de trabajo,
lo que permitirá a la compañía reducir la tasa de temporalidad que
suele ser uno de los principales obstáculos en la operativa del
servicio. Además, los trabajadores se han garantizado una subida
salarial del 9% en tres años que
supera con creces las expectativas de los representantes sindicales.
El acuerdo con Bruselas sobre el Servicio Postal Universal es, en
este contexto, el broche que falta para cerrar un plan de
transformación que permita a Correos adaptarse al nuevo mercado
global.
Dentro
de este marco de actuación el principal salto cualitativo que
pretende dar la empresa en 2019 consiste en emprender
la expansión internacional como elemento básico
para apuntalar el crecimiento en un sector con escasos márgenes
comerciales. El modelo de negocio de las grandes marcas postales
reside en la obtención
de grandes volúmenes de negocio que garanticen la masa crítica
suficiente para financiar los desarrollos
tecnológicos sin poner en riesgo la rentabilidad de las operaciones.
Correos tiene previsto un
presupuesto de ingresos para 2019 de cerca de 2.000 millones de
euros que debería ser válido para entrar en
'números negros' siempre y cuando se llegue a un acuerdo
satisfactorio sobre el coste del Servicio Postal Universal.
El
plan exterior se orienta en una primera fase hacia el Sudeste
Asiático, una región donde los costes de entrada pueden
ser compensados gracias a un mercado potencialmente mucho mayor y en
el que están lanzando sus redes los principales agentes postales de
carácter multinacional. Correos tendrá que gestionar, en cualquier
caso, algún tipo de alianza con eventuales socios locales dentro de
una prospección de oportunidades que podría desembocar en una
joint venture dentro de este mismo año. La
internacionalización de Correos constituye una condición
indispensable en el desarrollo futuro de una empresa que es de largo
el primer empleador del sector público en España con más
de 52.000 trabajadores.
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