CSI·F quiere aclarar
cierta propaganda periodística que ha visto la luz durante estos días en la
prensa diaria, a raíz de la aprobación
por el Gobierno del proyecto de ley de los Presupuestos Generales
del Estado para el año 2014, con motivaciones misteriosas y que nada
beneficia a Correos.
El diario “El mundo” ha denunciado la inyección sumergida
de 518 millones de euros para el grupo público Correos, denominado gigante
empresarial con más de 300 años de historia y una plantilla cercana a los
60.000 trabajadores con pleno declive en su secular un negocio tradicional. Según este medio, se
trata de una justificación, mediante
una trasferencia corriente, para cubrir
el llamado Servicio Postal Universal
(SPU) y los ejercicios pendientes de liquidación del anterior Gobierno a
este grupo que es 100% del Estado.
También las menciona como
una de las herencias más envenenadas
del Ejecutivo anterior, y por ello ahora se cubren las deudas estimadas
de 2011, 2012 e incluso 2013 (recordemos que las elecciones generales fueron en
2011), junto con los 318 millones de euros de los Presupuestos anterior, para sanear
Correos como paso previo a la reconversión de la empresa y que según palabras del presidente del
grupo estatal, Javier Cuesta, conducirá en su momento a la privatización.
Alude a la fuerte caída
de la demanda de los servicios postales y que
no se afrontó la reconversión de Correos dejando pendiente de pago el
anterior Gobierno el Servicio Postal Universal. Continúa “El Mundo” con las palabras del presidente de Correos, Sr.
Cuesta, de reducir cada año la plantilla hasta 2.000 trabajadores;
con la caída de ingresos del 12% en 2012 y unas pérdidas de 6,4 millones de euros en el mismo año.
Asimismo, para este
diario Correos es, por lo visto, culpable
de la deprimida situación de los presupuestos del Ministerio de Fomento y
nos pone como ejemplo a la necesidad de inversión en los aeropuertos. Pero no
dice a cuál de ellos se refiere: al de Castellón, Ciudad Real, León, Lérida,
Albacete, Badajoz, Burgos, Logroño, etc., creados por la prepotencia política y
no por la rentabilidad económica, coincidiendo algunas capitales, de forma
redundante, con las líneas del AVE.
Basta ya de tergiversar
con medias verdades y mentiras globales que confunden a la opinión pública, y
que solo tienen el propósito de animar al actual Gobierno a realizar
actuaciones que no tiene ni previstas ni pensadas hasta ahora, como es la
privatización de Correos, el gigante empresarial para “El Mundo”, con
más de 300 años de historia, pero que en realidad lo conforman cuatro sociedades anónimas creadas en el siglo XXI, con
gestión propia de su patrimonio y sin subvenciones (prohibidas por Bruselas):
Nexea Gestión Documental S.A., Correos Telecom
S.A., Chronoexprés S.A. y la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos S.A.
CSI·F quiere dejar claro que se
han generado errores lingüísticos con las mal llamadas subvenciones, cuando
en realidad son cobros por servicios
postales realizados al Estado, con un trato preferente y a precio de coste (sin
beneficio comercial). Correos tiene la obligación por ley de realizar
una contabilidad analítica, o de costes, para separar aquellos que pertenecen
al SPU del resto de servicios. Esta contabilidad y el coste del SPU pasa por
las auditorías del Tribunal de Cuentas, del Ministerio de Fomento y de la
propia auditora de la empresa.
¿Cómo es posible que
este diario utilice todavía la denominación cantidades
estimadas para referirse a unas deudas auditadas por el propio Estado?
Se nos dice, además, que arruinamos al Ministerio de Fomento por cobrar la
facturación de varios años seguidos. Las deudas son deudas y quién paga
descansa. ¿No ha recibido la banca el dinero de todos los españoles después de
dilapidar su propio patrimonio? Siguiendo el discurso que da “El Mundo”: si
no ha funcionado la banca mediante la gestión privada, debería nacionalizarse
para su gestión pública.
Recordemos que la liberación
de los servicios postales y la desaparición de los monopolios fue obra de la
Unión Europea a través de sus directivas, cumplidas mediante leyes
nacionales, entre ellas la Ley 43/2010, de 30 de diciembre, del servicio
postal universal, de los derechos de los usuarios y del mercado postal, que
asigna a Correos la prestación del servicio universal durante un período 15
años.
Por tanto, señores de
“El Mundo”, no se ha de matar al
mensajero por el mero hecho de llevar el mensaje y cumplir con una ley
que le obliga con fuertes sanciones. Pero una cosa es prestar un servicio y
otra muy distinta realizarlo gratis, cargando con los costes. Correos paga puntualmente las facturas
de sus proveedores y las nóminas de su personal con el dinero que recibe de sus
clientes, ni más ni menos que cualquier otro negocio. El Estado es un cliente más, que se ha
comprometido al pago de un servicio y, por tanto, debe pagarlo. ¿Qué
empresa puede soportar que su cliente principal le pague, no con meses, sino
con años de retraso?
Y sin embargo, Correos ha
seguido adelante con sólo unas pérdidas de 1,06 y 6,32 millones de euros en los
años 2011 y 2012 respectivamente. Si
ahora sumamos la deuda de 318 millones de euros cobrada en 2013 y la prevista de
518 millones para 2014 (y que corresponde por el Servicio Postal Universal
de los años 2011 y 2012), ¿quién
puede hablar de mala gestión, de exceso de personal, de caída en los ingresos,
de falta de beneficios…?
Este diario sigue resaltando que tan sólo queda un tercio de funcionarios en Correos de
una plantilla cercana a los 60.000 trabajadores, y que la empresa se encuentra en pleno
declive lo que ha sido secularmente nuestro negocio tradicional.
Si bien es verdad que
cada día hay menos funcionarios, también es cierto que ya no se convocan en
Correos oposiciones abiertas para la entrada de nuevos funcionarios, y los que
ya están se jubilan o pasan voluntariamente a otros órganos de la
Administración. Según el “Boletín
estadístico del personal al servicio de las administraciones públicas”, editado
por el Registro Central de Personal en enero de 2013, la plantilla total de
Correos es de 47.183 trabajadores, de los cuales 19.847 son funcionarios
(42%) y 27.335 laboral (58%).
En cuanto al declive de
nuestro negocio secular, la prensa también ha visto reducido su tradicional negocio
en papel, lanzando ediciones digitales y buscando productos alternativos. ¡Qué
casualidad!, Correos viene haciendo
lo mismo desde hace años, con planes estratégicos, programas de mejora
continua, creación de nuevos productos, etc.
Quizá, por ser la empresa estatal mejor gestionada y
más valorada por los ciudadanos es por lo que altos “intereses
ocultos” intentan quedarse con este pastel tan sabroso. Para ello, utilizan
algunos medios de comunicación próximos a sus negros “fines” para que
emitan noticias de gestiones funestas, reconversiones, privatizaciones, etc., para
que un pez llamado Gobierno pique en cebo envenenado.
Ya me dijo mi abuela que
“sólo se tiran piedras a los árboles que dan
fruto, y no te lleves disgusto si ves que alguna no yerra, pues siempre se pone
más tino en quitar lo ajeno que en cuidar la propia tierra”.
EL TIEMPO NO DA LA RAZÓN, SOMOS EL SINDICATO DE LOS EMPLEADOS PÚBLICOS
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