CSI·F Correos, ante las noticias que van surgiendo estos días, no puede por menos que decir basta ya de
tergiversar con medias verdades y giros de la realidad, que confunden a la
opinión pública y solo tienen el propósito de animar al actual Gobierno a
realizar actuaciones que NO tiene ni previstas ni pensadas hasta ahora, como es
la PRIVATIZACIÓN de Correos, el gigante empresarial según un
rotativo nacional, con más de 300 años
de historia, pero que en realidad lo
conforman cuatro sociedades anónimas creadas en el siglo XXI, con gestión
propia de su patrimonio y sin subvenciones (prohibidas por Bruselas): Nexea
Gestión Documental S.A., Correos Telecom S.A., Chronoexprés S.A. y la Sociedad
Estatal Correos y Telégrafos S.A.
También quiere dejar claro CSI·F Correos, que se han
generado errores lingüísticos con las
mal llamadas subvenciones cuando en realidad son cobros por servicios postales realizados al Estado,
por los trabajadores profesionales de
Correos, con un trato preferente y a precio de coste (sin beneficio
comercial). Correos tiene la obligación por ley de realizar una contabilidad
analítica, o de costes, para separar aquellos que pertenecen al Servicio Postal
Universal (SPU) del resto de servicios. Esta contabilidad y el coste del SPU
pasa por las auditorías del Tribunal de Cuentas, del Ministerio de Fomento y de
la propia auditora de la empresa.
CSI·F se pregunta, ¿cómo es posible que en algunos medios de
comunicación se utilice la expresión cantidades estimadas para referirse
a unas deudas auditadas por el propio
Estado? Incluso se ha achacado a Correos como culpable de arruinar al
Ministerio de Fomento por cobrar la facturación de varios años seguidos, al
agotar el presupuesto del departamento para inversiones en otros sectores. Esto
no se corresponde con la realidad, ya que lo
recibido por Correos no son inversiones de este Ministerio sino los costes generados
en su momento por la prestación del servicio universal, y que no fueron
en su momento cobrados. Correos, al depender funcionalmente de Fomento, recibe
estas partidas del Estado a través de dicho departamento y nada más.
CSI·F se vuelve a preguntar, ¿el personal de Correos ha de trabajar gratis
y vivir del aire por que tenga un cliente llamado Estado? Entendemos
que las deudas son deudas y que quién paga descansa. No concebimos que, por el mero hecho de cobrar una deuda, se hable ya
de reconversión, mala gestión y privatización. Tenemos casos en los que sí
se ha producido lo anterior. ¿No ha recibido la banca dinero de todos los
españoles después de dilapidar su propio patrimonio? Si el motivo para
privatizar es la mala gestión pública, en el caso de la banca habría que
nacionalizarla por su desafortunada gestión privada. Vemos lo absurdo de la
lógica que se quiere implantar al intentar aplicarse en un sentido y no en el
otro, de una misma dirección.
Recordemos también que la
liberación de los servicios postales y la desaparición de los monopolios fue
obra de la Unión Europea a través de sus directivas, cumplidas en cada país
mediante leyes nacionales. En España, entre otras, se creó la Ley 43/2010, de
30 de diciembre, del servicio postal universal, de los derechos de los usuarios
y del mercado postal, en la cual se asigna a Correos la prestación del servicio
universal durante un período 15 años.
Por ello, CSI·F Correos alerta que no se ha de matar al mensajero por el mero
hecho de llevar el mensaje y cumplir con una ley que le obliga con
fuertes sanciones. Pero una cosa es prestar por obligación un servicio y
otra muy distinta realizarlo gratis a costa del patrimonio propio.
Correos paga puntualmente las facturas de sus proveedores y las nóminas de su
personal con el dinero que recibe de sus clientes, ni más ni menos que
cualquier otro negocio. El Estado es un cliente más, que se ha comprometido
al pago de un servicio y, por tanto, debe pagarlo. ¿Qué empresa puede soportar que su cliente principal le pague, no
con meses, sino con años de retraso?
Y sin embargo, durante este tiempo,
en medio de una crisis económica
general, Correos ha de agradecer el esfuerzo y profesionalidad de sus empleados
públicos, porque tan sólo haya tenido unas pérdidas de 1,06 y 6,32
millones de euros en los años 2011 y 2012 respectivamente. Si ahora sumamos
la deuda de 318 millones de euros cobrada en 2013 y la prevista de 518 millones
para 2014 (y que corresponde por el Servicio Postal Universal de los años
2011 y 2012), ¿quién puede hablar de
mala gestión, de exceso de personal, de caída en los ingresos, de falta de
beneficios, de baja productividad…?
Asimismo, se resalta en los
medios de comunicación que tan sólo queda un tercio de funcionarios en
Correos de una plantilla cercana a los 60.000 trabajadores, y que la
empresa se encuentra en pleno declive de lo que ha sido secularmente su negocio
tradicional. Es verdad que cada día hay menos funcionarios, pero también es
cierto que ya no se convocan en Correos
oposiciones para la entrada de nuevos funcionarios, y los que ya están se
jubilan o pasan voluntariamente a otros órganos de la Administración.
CSI·F Correos quiere dejar claro QUE NO HA NEGOCIADO CON LA EMPRESA este ajuste natural en la regulación de la plantilla
que permite a Correos la reducción de costes de personal sin coste laboral,
entendiendo que existe un exceso de contratos de temporalidad que perjudica el
clima laboral. Asimismo CSI·F Correos
denuncia el INCUMPLIMIENTO DE LA EMPRESA DE UNA CONVOCATORIA DE NUEVO INGRESO
PACTADA CON LA MISMA para eliminar este exceso de contratación
temporal.
Según el “Boletín estadístico del
personal al servicio de las administraciones públicas”, editado por el Registro
Central de Personal en enero de 2013, la
plantilla actual de Correos es de 47.183 trabajadores, de los cuales 19.847
son funcionarios (42%) y 27.335 laborales (58%). No hace muchos años el
personal de Correos rondaba la cifra de los 70.000 trabajadores.
En cuanto al declive de nuestro negocio
secular, CSI·F ha hecho un gran
esfuerzo de colaboración, mediante informes, propuestas, reuniones, etc., para
impulsar a Correos en la modernización tecnológica y su adaptación
a los mercados, mediante la formación y promoción del personal, la
implantación de planes estratégicos y programas de mejora continua, creación
de nuevos productos, diversificación de actividades, captura
de otros mercados, etc.
Quizá, por ser la empresa
estatal más valorada por los ciudadanos, gracias a la experiencia y profesionalidad de sus trabajadores,
es por lo que altos “intereses ocultos” intentan quedarse con este suculento
pastel, y para ello generan falsas noticias sobre gestiones
funestas, reconversiones necesarias, privatizaciones inminentes,
costes excesivos, pérdidas millonarias, etc., para que un pez llamado Gobierno pique en
cebo envenenado.
CSI·F Correos quiere volver a recordar la comparecencia del Presidente de la SEPI, Ramón Aguirre,
en la Comisión del Congreso del día 7 de octubre de 2013, donde, en otras
palabras, manifestaba sobre la
privatización de Correos que en el presente: NI HA VENIDO NI SE LA ESPERA.
EL TIEMPO LO HA DEMOSTRADO, SOMOS EL SINDICATO DE LOS EMPLEADOS PÚBLICOS
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